ERNEST HEMINGWAY, PARIS ERA UNA FIESTA. SHAKESPEARE AND COMPANY (fragmento)
—Iremos por la rué de Seine y entraremos en todas las exposiciones y miraremos los escaparates.
—Estupendo. Podemos ir a cualquier parte y nos metemos en un café nuevo donde nadie nos conozca y tomaremos una copa.
—Podemos tomar dos copas.
—Entonces también podemos cenar en alguna parte.
—Eso no. No olvides que hay que pagar en la librería.
—Bueno, volveremos y cenaremos aquí y tendremos una buena cena y para beber compraremos vino de Beaune de ese de la cooperativa de enfrente que marca el precio en el escaparate. Y luego leeremos un rato y nos iremos a la cama y haremos el amor.
—Y yo te querré siempre a ti y tú siempre a mí.
—Siempre. Y a nadie más.
—Seremos felices toda la tarde y toda la noche. Y ahora vamos a almorzar.
—Estoy muerto de hambre —dije—. He estado trabajando en el café y no he tomado más que un cortado.
—¿Qué tal el trabajo?
—Me parece que bien. Veremos. ¿Qué hay para comer?
—Unos rábanos, y un buen foie de veau con puré de patatas y escarola. Y tarta de manzana.
—Y tendremos para leer todos los libros del mundo y cuando nos marchemos de viaje nos los podremos llevar.
—¿Hay derecho a hacer eso?
—Claro que sí.
—¿Tiene también a Henry James?
—Claro que sí.
—Hombre —dijo ella—. Qué suerte encontrar eso.
—Siempre estamos de suerte —dije, y como un necio no toqué madera. Y en un piso que tenía madera por todas partes.
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