Da un paso adelante: Hemos escuchado
que eres un hombre bueno.
No puedes ser comprado, pero los rayos que impactan contra las casas,
tampoco pueden ser comprados.
Sostienes lo que afirmas.
Pero, ¿qué afirmas?
Eres honesto. Das tu opinión.
¿Cuál opinión?
Eres valiente.
¿Contra quién, ah?
Eres sabio.
¿Para quién, ah?
No tomas en cuenta tus ventajas personales.
Entonces, ¿qué ventajas consideras?
Eres buen amigo.
¿Acaso eres también amigo de la gente buena?
Escúchanos ahora: Sabemos que eres nuestro enemigo.
En este mismo instante vamos a ponerte contra el muro.
Pero en consideración a tus méritos y buenas cualidades...
Escogeremos una buena pared y te dispararemos con una buena bala de un buen rifle, finalmente, te enterraremos con una buena pala en, por supuesto,
una tierra buena.
sábado, 25 de julio de 2009
Bertold Brecht
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